miércoles, 17 de noviembre de 2010

TETRACTYS

La primera explicación teórica del mundo surgió en Grecia; Tales de Mileto fue el primero en usar el argumento como herramienta para establecer la verdad de una afirmación.

Con Anaxímenes, su discípulo y Anaximandro, iniciaron la teoría de los elementos: agua, tierra, aire y fuego, para explicar la conformación de la materia.
Pitágoras elaboró una teoría parecida a la de Anaxímenes, bajo la consigna: El ser es número, en el sentido de que el número es la prueba de que el ser, y por lo tanto el alma existen; es la ventana para entender lo que verdaderamente es, para entender lo que no yace ni fluye; el número no nace, no crece, no se reproduce, no muere; no es materia ni tampoco una imagen mental. Todo lo material se descompone, cambia, se modifica e incluso desaparece. Lo que queda, después de desmenuzar una barra de tiza ya no es tiza, son partículas materiales que a su vez, si las disolvemos en agua, pueden desaparecer.
El devenir, la evolución, es decir el ser re-encarnándose, muestra numéricamente el verdadero fluir, el que va en la buena dirección, el que nos conduce a la armonía. La armonía es número o relaciones numéricas, hay que perseguir al número, a sus propiedades, a sus relaciones; por eso la música es, la armonía musical se muestra numéricamente.
El verdadero ser se muestra numéricamente, porque es uno como tal y a la vez dos cuando deviene y se encajona apareciendo siempre como cuerpo y espíritu; de donde se desprende, además, la doble dirección del movimiento. El uno aparece siempre como dos; hay pues oposiciones. Las oposiciones, según el pitagorismo, deben ser diez: no es posible que existan más o menos. Hay solo cuatro maneras de tomar forma espacial: punto (uno), línea (dos), superficie (tres) y espacio (cuatro); esta es la primera “cuaterna” pitagórica:
1 + 2 + 3 + 4 = 10
El diez representa entonces las cuatro formas de estar en el espacio y así el diez es el espacio.
El cuatro, la tetractys o cuaterna básica, es fundamental: un tetraedro tiene cuatro vértices, cuatro lados congruentes y cuatro ángulos también congruentes, tiene dos propiedades especiales: es el poliedro más pequeño y tiene el mismo numero de vértices y de caras. Ambas propiedades siguen del hecho que el número de vértices es uno más que la dimensionalidad del espacio. El alma está relacionada con el fuego y el fuego es un tetraedro.
El cosmos es armonioso puesto que es la totalidad del ser y por lo tanto, debe mostrarse como cuatro y como diez: la bóveda celeste, el fuego, primordial, los siete planetas (conocidos en la época) y la anti-tierra (lugar en el cual habitan los hombres armoniosos). Este último, claramente y como debe pasar con cualquier buena teoría, es hipotético, postulado para completar el diez.
Para los pitagóricos el número es todo, con base en él y en sus mutuas relaciones se puede explicar el mundo, y cuando se referían a número lo hacían con respecto a los números naturales, con ellos elaboraron una explicación que incluyo la música y la astronomía de su tiempo.
La palabra teoría, utilizada por primera vez por los pitagóricos, ha adquirido significados diferentes según la teoría que la utilice. Dentro de la teoría pitagórica, teoría y filosofía son conceptos análogos; es decir, teórico es el amante de la sabiduría, es aquel que se interesa en el método, para alcanzar la perfección; el que entiende el método, lo asimila y lo practica, es entonces el que verdaderamente ama la filosofía es, por lo tanto, un filósofo, un matemático, un teórico y no un simple ciudadano.

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